En busca de la herramienta perdida I
En esta serie de artículos vamos a ver cuáles son las herramientas manuales que considero indispensables para empezar a trabajar la madera.
¿Qué herramientas necesito para empezar?
Es sin duda una de las preguntas que más recibo. La cantidad, calidad y variedad, ya sea poca o mucha, de herramientas disponibles puede resultar abrumadora para quienes están recién entrando a este mundo y a veces terminamos comprando algo que en el corto o largo plazo nos termina frustrando porque no funciona correctamente o no nos permite hacer el trabajo que teníamos pensado.
Hay varias consideraciones a tener en cuenta al momento de elegir nuestra próxima herramienta. En primer lugar nuestra experiencia, si ya venimos trabajando con madera sabemos más o menos qué nos gusta, qué no y hacia dónde apuntamos.
Algunas preguntas que propongo para definir nuestra próxima adquisición:
¿Quiero trabajar exclusivamente con herramientas manuales?
¿Quiero trabajar exclusivamente con herramientas eléctricas o máquinas? ( Si la respuesta es sí no van a encontrar mucha información útil en este artículo.)
¿Me interesa una aproximación híbrida?
La herramienta que tengo en mente, ¿la necesito o simplemente la quiero? ¿Va a resolver alguna dificultad que encuentro en mi trabajo?
Si nunca trabajaron con madera pero están considerándolo seguramente también tengan respuestas a estas preguntas aunque sea sólo por prejuicio. Mi intención con esta guía es poder brindarles algunos argumentos para que puedan hacer una elección más objetiva. Argumentos basados en la subjetividad de mi experiencia así que tampoco los tomen como verdades absolutas.
Generalidades del trabajo manual de la madera
Trabajar con herramientas manuales es muy satisfactorio pero también demandante físicamente. Por eso para disfrutar al máximo de mi trabajo trato de reducirlo al mínimo.
La madera maciza se compra generalmente en bruto. Esto significa que tiene marcas del aserrado, está sucia y seguramente tenga alguna desviación o alabeo a lo ancho, largo o en la diagonales. Una de las primeras tareas de cualquier proyecto, y quizá la más demandante, es dimensionar el tablón y llevarlo a piezas del largo, ancho y espesor definitivo de los componentes del mueble, instrumento u objeto que estemos por construir. Por eso siempre trato de elegir aquel que mejor se ajuste a estas dimensiones, con algún excedente a modo de margen de error, ya que nos va a ahorrar muchísimo trabajo más adelante.
Hacer cortes transversales no lleva mucho tiempo pero los cortes longitudinales son otra historia. Si tuviera que hacer un gabinete cuyos lados miden 20cm de ancho preferiría trabajar con dos tablas de 11cm que con dos de 15cm. Al dimensionar la madera esos 11 cm van a terminar siendo menos y, una vez que las unamos, el resto se quita fácilmente con un garlopín calibrado para un corte profundo. En cambio las tablas de 15 cm tenemos tenemos primero que cortarlas, si es que queremos aprovechar los recortes, para después cepillarlas.
Algo similar pasa con el espesor. A veces resulta tentador comprar un tablón del doble de la medida que necesitamos esperando obtener dos piezas espejadas, ahorrar algo de dinero o reducir el desperdicio. Si los lados de mi gabinete van a tener 18mm de espesor elijo tablones de una pulgada (25,4cm) en vez de uno de una pulgada y media (38,1mm). El segundo tenemos que abrirlo y no solo es mucho más trabajoso que cepillar 7mm de material sino que tenemos muy poco margen de error. Además corremos el riesgo de que se libere alguna tensión interna que deforme las tablas resultantes y no nos sirvan para lo que planeábamos.
Estas observaciones las hago desde el punto de vista de alguien que trabaja exclusivamente con herramientas manuales. Si tienen máquinas toda esta parte del proceso es mucho menos laboriosa, o distinta por lo menos, y para la elección de la madera seguramente usen otros criterios.
Mi primer kit de herramientas manuales.
Para hacer una mesa, una cajita, incluso una guitarra, no hacen falta muchas herramientas. Basta con un garlopín, algunos formones, uno o dos serruchos, una buena escuadra y reglas. Con ellas podemos fabricarnos algunas más como gramiles, entreguardas, una escuadra más grande e incluso otros cepillos para completar el kit básico.
Serruchos
Como mencioné antes una de las primeras tareas en casi cualquier proyecto es dimensionar la madera. Para eso lo primero que vamos a usar es un serrucho con el que dividiremos el tablón en largos más cercanos a los de las piezas que necesitemos.
Mi recomendación en este caso es conseguir uno de alrededor de 60cm de largo, que tenga aproximadamente 6 dientes por pulgada y que sea reafilable. Una herramienta con estas características nos va a permitir hacer cortes transversales, longitudinales y realizar algunos encastres.
Hoy en día van a encontrar muchos serruchos nuevos con dientes endurecidos cuya ventaja, según los fabricantes, es que mantienen el filo por muchísimo tiempo. El problema es que en los más económicos ese filo y la traba están muy mal logrados por lo que no son aptos para trabajos de precisión y, como los dientes están endurecidos, esto no se puede corregir. Por el mismo valor se consiguen serruchos con dientes reafilables que, si bien a veces también vienen con un filo pobre, podemos ponerlos a punto con una lima triangular e incluso modificar la geometría a nuestro gusto.
Siempre recomiendo, sobre todo si están recién empezando, tratar de conseguir un serrucho nuevo que se ajuste a nuestras necesidades. El serrucho es una herramienta bastante más compleja de lo que parece y poner a punto uno usado en mal estado no es una tarea sencilla.
Ya sea que compremos un serrucho nuevo o usado hay algunas cosas importantes a tener en cuenta.
La hoja debe estar derecha. Cualquier desviación puede traer problemas en el corte.
Mirando el serrucho de costado la punta de los dientes debe estar en una misma línea o tener una leve convexidad. Esto último es más común en serruchos grandes, no en serruchos de costilla. Los dientes del medio suelen desafilarse más rápido, muchas veces el dueño afilaba solo esta sección y la línea de corte termina desarrollando una concavidad. Un serrucho con esta característica es desaconsejable.
La distancia entre dientes, la forma e inclinación debe ser pareja.
La hoja debería estar lo más limpia posible, sin marcas profundas de óxido. El óxido superficial no es problema.
No debería haber grietas en la hoja. Fijarse particularmente en los valles de los dientes, pueden generarse si no se tiene cuidado al trabarlo o si la hoja se atasca y se dobla al cortar.
El mango debe estar firmemente asegurado a la hoja y si es de madera debe estar sano. Un cuerno partido no es problema pero puede resultar en una herramienta un poco más incómoda o difícil de maniobrar.
Evitar herramientas con dientes muy irregulares. Es posible rehacer los dientes a nuevo, pero lleva tiempo y requiere cierta experiencia en el afilado de serruchos.
Para realizar encastres precisos conviene conseguir además un serrucho de costilla que tenga entre 10 y 15 dientes por pulgada. Las consideraciones a tener en cuenta son las mismas.
Corte al hilo o a contra hilo (rip cut/crosscut)
Hay doy maneras principales de afilar los dientes del serrucho según el uso que se le vaya a dar. Para cortar al hilo, o en el sentido longitudinal de un tablón, se afilan sin inclinar la lima en relación a la línea de corte, las caras frontal y posterior de los dientes quedan a 90 grados con respecto a la hoja de modo que la punta de los mismos queda plana, como el filo de un formón. De hecho si examinan el aserrín que produce un serrucho bien afilado van a ver que se asemeja a pequeñas virutas más a que a polvo. Esto permite que el corte en este sentido sea mucho más rápido. Pero si lo usáramos para cortar en sentido transversal este serrucho desgarraría las fibras de la madera y la superficie del corte no quedaría muy prolija.
Para cortes transversales se suele afilar los dientes inclinando la lima en relación a la dirección de corte. Esto genera un bisel en la cara de los dientes y les da un perfil similar al de un cuchillo lo que facilita el trabajo en esta dirección y la superficie que obtenemos es de mucho mejor calidad. Pero (siempre hay un pero) si lo usáramos para cortes longitudinales tardaríamos mucho más que con un serrucho dedicado a esa tarea. Además este tipo de dientes se desafilan más rápido y son un poco más difíciles de afilar.
A la izquierda los dientes de un serrucho para corte a contra hilo. A la derecha los dientes para corte al hilo.
Todos mis serruchos están afilados para cortar al hilo. Los cortes transversales no suelen ser definitivos, justo sobre las líneas, sino que los termino emprolijando o corrigiendo con cepillos o formones por lo que nunca encontré la necesidad de tener un serrucho exclusivo para ellos.
Es este enlace van a encontrar un video en el que muestro cómo afilar serruchos.
Japoneses u occidentales.
Casi siempre que hablamos de herramientas surge esta dicotomía y se forman bandos que defienden a ultranza unas u otras. En mi opinión se pueden realizar trabajos de excelente calidad con cualquiera de las dos.
Es cierto que, en general, los serruchos japoneses que se consiguen suelen ser de mejor calidad que los occidentales.
Si deciden probar un serrucho japonés les dejo algunas características a tener en cuenta.
Los serruchos japoneses cortan al tirar a diferencia de los occidentales que cortan al empujar. No es un problema al trabajar pero es algo a tener en cuenta al momento de diseñar y construir accesorios como sobrebancos.
Muchos vienen con dientes endurecidos. Esto hace que el filo dure mucho más pero cuando se deteriore tenemos que descartar la herramienta. Si bien antes lo remarqué como una contra en este caso es algo positivo porque…
La geometría de los dientes es muy distinta a la de los occidentales. Para reafilarlos hace falta una lima especial que no es fácil de conseguir.
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En los meses de enero y febrero voy a estar dando una serie de cursos y talleres virtuales.
En el taller de afilado del sábado 16 de enero vamos a ver todo lo necesario para poner a punto nuestros formones, cepillos, rasquetas y demás herramientas.
En el taller de colas de milano vamos a ver cómo realizar un encastre de lazos pasantes y otro de lazos semi ocultos, las dos versiones más usadas de este encastre.
El curso de iniciación a la ebanistería de febrero se compone de 4 encuentros en los que vamos a ver los conceptos y técnicas básicas e indispensables del oficio. El objetivo, al finalizarlo, es contar con los conocimientos necesarios para mejorar la ejecución de cualquier proyecto que nos propongamos.
Además estoy armando un curso sobre uso y puesta a punto de cepillos para el mes de marzo.
Para obtener más información de cualquiera de estas propuestas no duden en enviarme un mail a info@hernancosta.com
Para seguir leyendo (y mirando)
Hace unos días publiqué un nuevo video en Youtube en el que muestro otra manera de construir una escuadra. Este diseño es un poco más difícil de realizar ya que lleva un doble encastre de horquilla y caja y espiga pero nos permite calibrar la herramienta con mayor precisión.
Aquí el enlace.
La segunda recomendación de hoy es una de las páginas de la colega Andrea Cortés. Entre los muchos intereses y habilidades de Andrea se encuentra la talla de cucharas. Tiene una página dedicada exclusivamente al tema en la cual van a encontrar artículos, videos, recomendaciones de libros, plantillas gratuitas y mucha más información valiosa.
Si quieren conocer un poco más acerca del trabajo de Andrea pueden visitar su página y ver la charla que tuvimos con ella en el ciclo ‘‘dos de basto’’.
Eso fue todo por hoy. En el próximo artículo vamos a ver qué cepillos y formones necesitamos para empezar a construir objetos en madera.
Espero que hayan disfrutado este texto, si es así no duden en compartirlo y dejar un comentario. Si les gusta este tipo de artículos y el contenido de la Escuela de Ebanistería en Línea recuerden que pueden contribuir a su crecimiento haciendo un aporte económico. Aquí más información.
¡Nos vemos en el próximo!
Hernán.
Hernán, a parte de trabajar muy bien la madera tienes unas capacidades para la docencia muy especiales y sobresalientes, enhorabuena y muy agradecido.
Excelente artículo! Muy preciso y con ayudas para entender el funcionamiento del serrucho que coincido 100% que no es tan facil como se supone. Si en algún momento amplias el articulo se podría agregar la traba de los serruchos, y que como mantenimiento además del afilado se mantiene la traba. Se me ocurren otras cosas para agregar como la razón de la existencia de la costilla para mantener la linea en aceros más finos, y que no existen en los japoneses porque cortan tirando y no empujando. Excelente el articulo, y coincido que podría ser la base para que armes un libro de carpintería. Felicitaciones. Juan Aranguren