En busca de la herramienta perdida II
En este artículo vemos cuáles son los cepillos que necesitamos para realizar nuestros proyectos.
Mi primer cepillo
Luego de haber cortado nuestro tablón en piezas de dimensiones más cercanas a las que necesitamos tenemos que llevarlo a su medida final usando cepillos.
La primera tarea es remover las marcas del aserradero y dejar rápidamente una de las caras relativamente plana, para esto vamos a usar un garlopín. El garlopín es un cepillo de entre 35 y 40cm de largo, con una cuchilla de alrededor de 50mm de ancho que se suele afilar con una curvatura pronunciada para poder quitar mucho material en cada pasada. Luego utilizamos una garlopa, un cepillo de 60cm o más de largo, para quitar las marcas del garlopín y dejar la superficie de la madera completamente plana y pulida. Por último, y si hiciera falta, se usa un cepillo de alisar, o cepillo a secas, para terminar de pulir las caras de la madera ya sea en su totalidad o en lugares puntuales como por ejemplo alrededor de un nudo. Este último mide alrededor de 20 cm de largo.
Todos, en mayor o menor medida, pueden realizar el trabajo de los demás. Una garlopa puede pulir como un cepillo de alisar pero, debido al largo, no podemos realizar retoques tan localizados. Un cepillo de alisar lo podemos usar para rectificar tablones largos, pero es un proceso más complejo ya que al ser tan corto tenemos que dominar mucho mejor la herramienta y saber identificar los puntos altos de la madera para trabajarlos en primer lugar.
El más versátil de los tres es el garlopín. Es lo suficientemente largo como para rectificar con facilidad tablones de dimensiones moderadas y lo suficientemente corto como para alisar las caras de la madera sin que sea tan tedioso.
Un garlopín de madera fabricado por mí.
Con un garlopín bien calibrado y afilado podemos aplanar las caras de la madera, llevarla a espesor, escuadrar sus lados, escuadrar la testa, pulir todas las superficies e incluso realizar detalles como rematar los bordes o hacer biseles. Es la herramienta que suelo recomendar a quienes están por comprar su primer cepillo por su versatilidad. Es ideal para lutieres o quienes construyan muebles pequeños y medianos.
El equivalente según la numeración Stanley es el nro. 5. Hay otras medidas que pueden cumplir su función como el 5 1/2 o 5 1/4 los cuales son un poco más grande y un poco más pequeño respectivamente.
Stanley nro. 5.
En inglés al garlopín le dicen Jack Plane, nombre que viene de la frase ‘‘Jack of all trades, master of none’’. Lo que significa, básicamente, que puede hacer de todo pero en ninguna tarea sobresale.
Lo que pienso sobre el garlopín, y sobre cualquier herramienta en realidad, es que es excelente para la tarea que lo tengamos calibrado. Si lo calibramos perfectamente para desbastar, va a ser un gran desbastador. Si lo calibramos para alisar, va a ser un gran alisador. Pero si lo tenemos calibrado para una cosa y queremos usarlo para otra, si bien vamos a poder hacerlo, no va a sobresalir. Si el filo de la cuchilla tiene poca curvatura no vamos a poder desbastar con rapidez, si tiene mucha curvatura nos va a dejar marcas en la cara de la madera. Podemos probar con un afilado híbrido, el filo recto en el centro y las puntas con mucha caída, pero seguiría siendo un master of none.
Cepillo alisador fabricado por mí.
A veces el garlopín nos queda grande. Si hacemos pequeños objetos como cajitas quizá convenga un cepillo más pequeño, un cepillo de alisar. Al igual que al garlopín podemos calibrarlo y afilarlo para remover bastante material o bien para pulir la madera pero por sus dimensiones más compactas va a ser mucho más fácil trabajar piezas pequeñas.
El equivalente según la numeración Stanley sería un nro. 3 o un nro. 4.
Stanley nro. 4.
Mi segundo cepillo
Eventualmente contar con un solo cepillo nos va a limitar o nos vamos a dar cuenta de que el trabajo sería mucho más rápido y sencillo si tuviéramos por lo menos dos, cada uno calibrado para una tarea específica.
Si ya contamos con un garlopín podemos sumar un alisador. Esto nos permite tener el garlopín afilado para desbastar y el alisador para pulir. De este modo podemos procesar un tablón mucho más rápido ya que no tenemos que detenernos en el medio del proceso a reconfigurar la herramienta, simplemente tomamos el otro cepillo y seguimos.
Otra posibilidad es un cepillo de testa. Más allá de lo que sugiere su nombre esta herramienta es muy versátil y nos permite no solo trabajar los extremos de la madera sino también realizar pequeños ajustes, biselar los bordes e incluso pulir las caras en piezas pequeñas si lo afilamos y calibramos correctamente. La gran ventaja de este cepillo en mi opinión es que cabe en la palma de una mano y nos permite tener mucho control en tareas que requieren la máxima precisión.
Cepillo de testas.
Madera o metal.
Una de las grandes dudas que surgen en torno a los cepillos son los pros y contras de uno y otro material. No voy a intentar ni creo que sea posible dar una palabra final sobre cuál conviene ya que depende de varios factores, algunos objetivos y otros muy subjetivos.
Un buen cepillo de madera, bien calibrado, por más antiguo que sea va a funcionar mejor que un mal cepillo metálico nuevo de fábrica. Un cepillo de madera en mal estado es más sencillo de acondicionar que uno de metal en mal estado, pero el de metal no va a necesitar el mismo mantenimiento posterior que el de madera. Está además el factor del peso que puede ser una ventaja en algunos casos y una desventaja en otros. Hay muchos beneficios de elegir uno por sobre el otro pero lo más importante no es el material del que esté hecha la herramienta sino la calidad de los materiales y de fabricación.
Un problema, por lo menos en Argentina, es la dificultad para conseguir buenas herramientas ya sea nuevas, usadas o antiguas. No abundan y somos varios los que las buscamos lo que hace que los precios suelan ser elevados. Cuando me preguntan en general recomiendo buscar algún cepillo Stanley Bailey hecho en Estados Unidos o Inglaterra antiguo. No Handyman, no Defiance y que la base sea de color negro, no bordó, no azul, no gris. Puede ser también alguno marca Record, Millers Falls, Sargent, Craftsman, Memo, Esteel y tantas otras que se ‘‘inspiraron’’ en los diseños de Bailey y Stanley e hicieron buenas ‘‘interpretaciones’’. También recomiendo buscar alguno de madera, en este caso tenemos que fijarnos más en el estado general ya que las cuchillas que traían solían ser de buena calidad. Peugeot y Goldenberg son las que más se encuentran pero hay muchas marcas que nos van a dar excelentes resultados.
Es importante saber que toda herramienta necesita cierta puesta a punto para dejarla funcionando al nivel que necesitamos para hacer trabajos de precisión, incluso las de las mejores marcas. Ese trabajo se reduce en aquellas de buena calidad y son menos las tareas que tenemos que llevar a cabo o las piezas que tenemos que retocar para lograrlo.
Algunas cuestiones a tener en cuenta al comprar una herramienta usada:
Debe estar completa y en buen estado.
Una rajadura en la madera es difícil de reparar satisfactoriamente. Rajaduras en los cachetes o en la boca de los cepillos de madera conviene evitarlas.
Una rajadura en un cepillo metálico la evitaría por completo.
El óxido superficial no es problema. Conviene evitar el óxido profundo en la parte de la espalda de la cuchilla.
Una empuñadura rota, si no faltan piezas, se puede reparar. Hay que tener en cuenta que no es sencillo hacerlo bien y que el arreglo perdure. Hacerla de cero es otra opción pero más compleja todavía.
La cuña de un cepillo de madera se puede reemplazar si hace falta, pero conviene encontrar uno en el cual la pieza calce correctamente. Esto es que no haga falta mucha presión para fijarla y que coincida con el perfil de los cachetes.
La boca del cepillo debe estar lo más cerrada posible. En los metálicos esto se ajusta moviendo la cama. En los de madera, si la boca es muy grande, se puede emparchar. No siempre es necesario que la herramienta tenga la boca pequeña pero es generalmente una ventaja.
En general recomiendo tratar de comprar algún cepillo que no necesite mucho mantenimiento, sobre todo si es el primero. Hace falta experiencia en el uso para saber identificar cuáles son los puntos más importantes y, si los hay, qué es lo que puede estar causando problemas.
Si nuestro presupuesto es más holgado pueden optar por herramientas nuevas como Lie Nielsen o Veritas. Un escalón más abajo en precio pero de muy buena calidad están WoodRiver, la nueva línea de Stanley SW o los cepillos Dictum. Y si no les da el presupuesto igual vayan a verlos porque son hermosos.
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El sábado 6 de marzo voy a estar dando un taller virtual de puesta a punto de cepillos. En el vamos a ver cómo afilarlos según la tarea a realizar, cómo poner a punto el contrafilo, cómo calibrarlos correctamente, cómo rectificar la base y corregir el ajuste de las piezas si es necesario y aprenderemos a usarlos correctamente.
Si quieren participar u obtener más información pueden enviarme un mail a info@hernancosta.com
Para seguir leyendo (y mirando)
La primera recomendación de hoy es un video del colega Germán Peraire, un gran Ebanista de Barcelona. En el video van a poder escuchar y ver su punto de vista con respecto a la elección de nuestro primer cepillo y lo comparto porque coincido totalmente con sus palabras finales. El recomienda escuchar la opinión de varios artesanos y no quedarse con una sola como la verdad absoluta para poder así hacer una elección más fundamentada.
La segunda recomendación es un video mío en el que pueden ver cómo poner a punto un cepillo metálico. Más allá del trabajo que realizo en el video van a ver cuáles son los puntos más importantes a tener en cuenta al momento de elegir una herramienta.
Eso fue todo por hoy. En el próximo artículo vamos a ver qué formones necesitamos para empezar a construir objetos en madera.
Espero que hayan disfrutado este texto, si es así no duden en compartirlo y dejar un comentario. Si les gusta este tipo de artículos y el contenido de la Escuela de Ebanistería en Línea recuerden que pueden contribuir a su crecimiento haciendo un aporte económico. Aquí más información.
¡Nos vemos en el próximo!
Hernán.
Muchas gracias por la información, me va a ser muy útil para elegir mis primeros cepillos. Voy a darme un paseo por las otras publicaciones.
Hola de nuevo muy buen artículo, yo empece con uno de madera de encina de unos 20cm de la marca Carpintero que era de una calidad decente con cuchilla más gruesa en el filo y se estrecha en la parte trasera, siempre me ha parecido un acero de calidad- también un Stanley nº 5 made in england con el mango roto que encontré en un rastrillo ambos los conservo aún.