En su libro Curso de formas musicales, Joaquín Zamacois nos dice que:
‘‘La variación, como forma musical, consiste en un número indeterminado de piezas breves, todas ellas basadas en un mismo tema - que, casi siempre, se expone al principio de la obra -, el cual es modificado cada vez intrínseca o extrínsecamente.’’
Tema
En su forma más sencilla el gramil consta de un brazo que porta un elemento de trazado, un cuerpo que sirve de tope contra la superficie de referencia y algún medio de sujeción para fijarlos.
En general la punta cónica es la más básica, fácil y rápida de realizar, sobre todo si tenemos un taladro de banco con el que podamos ‘‘tornear’’ el filo. Y estas son solo algunas de sus ventajas.
La punta cónica tiende a seguir menos la dirección de las fibras por lo que al trazar sobre una cara en ese sentido no corremos tanto riesgo de que se desvíe y es más fácil obtener un trazo paralelo a la superficie de referencia. Además ese trazo es bien visible lo que nos ayuda a seguirlo al cortar o cepillar.
Un gramil con punta cónica es muy versátil, sirve tanto para dimensionar la madera, sobre todo cuando todavía las caras están en bruto, como para marcar encastres. Aunque para esto último hay otro tipo de filos que nos van a dar mejores resultados.
Variación primera
Si bien la punta cónica es muy versátil tiene sus limitaciones. Si no está perfectamente afilada puede desgarrar las fibras al trazar en sentido transversal y eso puede llevar a encastres poco precisos o desprolijos. Además, por la forma que tiene, ambas paredes de la línea que genera está inclinadas hacia afuera, el trazo tiene forma de V, y a veces necesitamos que una de esas paredes sea perpendicular a la cara de la madera.
A simple vista la anterior parece la misma foto que la del Tema, pero es de otro gramil. La diferencia entre ambos es muy sutil; la punta, en lugar de ser cónica, está levemente redondeada y además tiene limada una cara paralela a la del cuerpo de la herramienta.
Estas dos pequeñas modificaciones nos permiten trazar con mucha más prolijidad en sentido transversal a las fibras a la vez que genera una pared perpendicular a la cara que estamos marcando. Este gramil en particular, que tiene la parte plana del filo hacia adentro, lo uso para marcar el espesor o el ancho de una tabla para luego cepillarla a sus dimensiones finales. Si rotáramos la cuchilla 180 grados sería ideal para marcar la base de un encastre de colas de milano o de una espiga.
Variación segunda
Rotar el clavo del gramil cada vez que necesitamos que la parte plana apunte en una u otra dirección no es lo más cómodo. Podemos hacernos dos gramiles, o dos brazos para el mismo, uno con el filo hacia adentro y otro hacia afuera, o podemos hacernos un gramil con cuchilla.
La cuchilla está asegurada con una cuña por lo que darla vuelta es muy sencillo. Además poder sacarla nos facilita el afilado y al afilarla mejor podemos obtener líneas más finas, ideal para marcar encastres con precisión.
También es muy útil para cortar chapas de madera e incluso tablas de hasta 3 o 4 mm de espesor haciendo varias pasadas de un lado y del otro. Lo único que tenemos que tener en cuenta con este tipo de filo es que tiende a seguir la dirección de la fibra con mayor facilidad y en maderas en bruto tenemos que hacer más pasadas para que la línea se distinga.
Variación tercera
Cuando tenemos que marcar un encastre de caja y espiga necesitamos no solo que las líneas sean paralelas en cada madera sino que coincidan perfectamente en una y otra pieza. Podemos trazar primero un lado y luego otro de cada parte del ensamble, podemos usar dos gramiles, uno para cada medida, o podemos usar un gramil con dos puntas.
Con esta herramienta nos aseguramos que tanto la espiga como la caja tengan el mismo ancho/espesor, siempre y cuando respetemos las líneas al cortar, obviamente. La separación entre las puntas de mis gramiles es apenas mayor que la del ancho del formón que uso para tallar las cajas. Podemos hacernos uno por cada medida que usemos habitualmente, hacernos varios brazos para el mismo cuerpo, o bien colocar un juego de puntas en cada una de las caras del brazo.
Variación cuarta
Una manera de hacer más versátil el gramil para cajas y espigas es colocar dos brazos en el mismo cuerpo lo que nos permite ajustar la distancia entre las puntas.
Esta herramienta en particular la diseñé de modo tal de poder ajustar las puntas a las dos medidas que más uso con rapidez. Al poner los extremos delanteros de los brazos al ras la distancia entre puntas es de 6 mm, si coloco los extremos traseros a tope la distancia es de 12 mm.
Variación quinta
A veces necesitamos marcar con lápiz.
Variación sexta
Todos los gramiles que vimos hasta ahora sirven para marcar dimensiones pequeñas o medianas, pero si tenemos que trazar una línea en piezas largas y lejos de la cara de referencia lo ideal es usar un gramil de paneles.
Lo que hace muy cómodo y efectivo a este diseño es el rebaje de la parte inferior. Podemos apoyar firmemente ese escalón en el borde de la madera y al tener tanta superficie de contacto es más fácil trazar una línea perfectamente paralela a la cara de referencia. El gramil de la foto tiene una punta como la de la Variación primera con la cara plana apuntando hacia el cuerpo de la herramienta.
Finale
Todos los gramiles de este artículo están construidos de la misma manera, al estilo francés, salvo el último que está hecho al estilo inglés. La diferencia radica básicamente en la orientación de la cuña con respecto al brazo. Pero más allá de eso lo importante es ver la cantidad de posibilidades que surgen de una misma idea y como cada una se adapta mejor a un trabajo que otro. Si quieren hacerse uno no se olviden de visitar la Escuela de Ebanistería en Línea, en ese video van a aprender el tema, las variaciones quedan por su cuenta.
Para seguir escuchando
Antes de terminar me gustaría compartirles una hermosa obra de Franz Schubert, el cuarto movimiento del quinteto La Trucha que es, justamente, un tema con variaciones. La pieza comienza directamente con el violín exponiendo el tema que luego, en cada variación, va pasando por el resto de los instrumentos.
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Hace poco terminé un gramil muy especial. El cuerpo está construido en arce flameado con cara de ébano, el brazo es de haya enchapado con láminas de ébano de 1,5 mm y las cuñas son de ébano macizo. La cuchilla es de acero O1 templada y revenida para un filo óptimo. Esta herramienta está en venta y la entrego en una caja de cedro con colas de milano para poder guardarlo o colgarlo del tablero y una plantilla para colas de milano en arce flameado.
El valor es de $20.000 y está disponible solo para Argentina. La entrega de la herramienta sería la segunda quincena de enero de 2022. Por consultas pueden escribirme a info@hernancosta.com.
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¡Nos vemos en el próximo!
Hernán.